Protocolos MAGALLANES

 

 

Los avances de la Psicología Educativa y Clínica van imponiendo la necesidad de actuar de una manera más formal y sistemática que en años pasados, dado que la llegada del siglo XXI está situando a la Psicología a un nivel similar a otras disciplinas científicas, de fundamento empírico y experimental.

 

Lo que fue una aspiración de numerosos psicólogos durante muchos años ya se ha cumplido y el Ministerio de Educación ha dotado a los estudios de Psicología del estatuto de Ciencias Experimentales, con lo que los métodos y los instrumentos del profesional de estas Ciencias no pueden seguir siendo los mismos. La subjetividad, la creencia en,... lo supuesto,... etc. deben dar paso al mismo tipo de instrumentos y de métodos que han hecho avanzar a otras ciencias experimentales y han permitido a la Humanidad disponer de vacunas, trasplantes, aviones supersónicos, teléfonos celulares, microondas, etc.

 

La oferta educativa va aumentando en calidad y también en necesidad de recursos para atender a colectivos de escolares cada vez más heterogéneos y diversos. En este contexto, los usuarios de los servicios psicológicos aplicados a la educación son cada vez más numerosos pero, a la vez, más exigentes con los resultados del trabajo de los profesionales.

 

Los Protocolos Magallanes son la denominación de métodos concretos y muy específicos para la recogida de datos  relevantes, pertinentes y suficientes, que incluyen instrumentos de naturaleza psicométrica y/o conductual, cuyos resultados se valoran de modo cualitativo, empleando el Análisis Funcional.  De este modo se finaliza el proceso de evaluación elaborando una Hipótesis Explicativa, Comprensiva y Predictiva de diversos tipos de problemas.

 

Durante 25 años los profesionales de ALBOR, Equipo Consultor de Psicología, y desde 1995 junto al equipo de COHS Psicólogos Consultores, unidos bajo la denominación Grupo ALBOR-COHS (GAC), hemos llevado a cabo varios centenares de Evaluaciones Psicoeducativas a escolares que presentaban dificultades en su desarrollo, no originadas por discapacidades o limitaciones específicas. Nuestro método de trabajo se ha fundamentado siempre en un sólido Modelo Conceptual, basado en el Modelo de Campo de Kantor (Kantor, J.; 1.926, cit. en Ribes y López, 1985); el cual hemos ido ajustando a nuevas situaciones familiares, tecnológicas, culturales y educativas. Finalmente este modelo genérico original se ha plasmado en el Modelo de Desarrollo Secuencial Integrado, D.S.I. expuesto con detalle en la publicación SÓCRATES (García Pérez, E.M., 2008)

 

A partir de este modelo, una amplia experiencia profesional como Psicólogo Educativo y Clínico, y como docente en cursos de postgrado y de actualización profesional, el Profesor E. Manuel García Pérez ha formulado diversos modelos explicativos del desarrollo escolar, personal y social de niños y adolescentes (www.preocupados.es)

 

Los instrumentos de evaluación que empleaban los profesionales del Equipo ALBOR, en la primera década de su actividad, fueron seleccionados de entre aquellos que estaban disponibles en el mercado de test psicométricos.  Pronto se encontraron con dificultades relacionadas con la escasa precisión de los resultados de test elaborados en entornos culturales muy diferentes al que pertenecían los escolares con los que se utilizaban, baremados con muestras no representativas, o costosos de aplicar y analizar. 

 

En el caso de instrumentos de evaluación conductual: cuestionarios y escalas de observación, comenzaron a realizar modificaciones, basadas en la experiencia, ampliando algunas cuestiones y eliminando otras, hasta disponer de herramientas que sirviesen como guías de entrevista o autoinformes, para recopilar información pertinente, suficiente y relevante, según el Modelo Conceptual de Referencia.

 

La situación respecto a los tests era más difícil y costosa de modificar. No obstante, manteniendo el objetivo de ofrecer soluciones económicas y eficaces a las familias que solicitaban ayuda para superar situaciones de retraso o fracaso escolar que afectaban al desarrollo integral de sus hijos, y a sus relaciones familiares y sociales, en 1995, el Grupo ALBOR-COHS puso en marcha el Proyecto Magallanes para el desarrollo de instrumentos psicométricos y conductuales, válidos, fiables y de aplicación e interpretación lo más sencilla posible (www.protocolomagallanes.es)

 

Desde el año en que se inició el Proyecto Magallanes hasta el momento actual se han publicado en España  una gran cantidad de  tests. Concretamente, en el tema que nos ocupa en este manual, la inteligencia, hay decenas de test para evaluarla; incluso en internet hay instrumentos para valorar la inteligencia “on line”. Sin duda, éste es un recurso para algunas personas curiosas, pero puede perjudicar a educadores que necesitan conocer el nivel de desarrollo de habilidades intelectuales de un escolar para tomar decisiones que los ayuden a lograr un desarrollo óptimo.

 

El incremento de tests en el mercado español constituye una mejora sustancial de la disponibilidad de recursos para los Psicólogos; sin embargo, resulta significativo el hecho de que cuando se publican nuevos instrumentos con los cuales pretendidamente se ofrece una mejora en la calidad de los anteriores, no se retiran del mercado los primeros, supuestamente de menor calidad y –por ello- obsoletos.

 
    De este modo un profesional o institución que desea elegir un instrumento para su uso en Evaluación Psicológica, se ve en la necesidad de tener que realizar el esfuerzo de valorar todas las pruebas que se le ofrecen, cuando, como ocurre en otros campos de la ciencia, los avances tecnológicos conllevan la desaparición de los instrumentos ya superados.

 

En resumen, los Protocolos Magallanes se han desarrollado a partir de las premisas siguientes:

 

 

 

 

La Batería de Evaluación de la Inteligencia CERVANTES, constituye el instrumento más reciente de los que conforman el Protocolo MAGALLANES de Evaluación de Dificultades de Aprendizaje en Educación Infantil, Primaria y Secundaria.

 

Tanto los instrumentos psicométricos, como los de naturaleza conductual, se han diseñado dotándolos de la máxima validez de contenido y de constructo. Posteriormente, se han puesto a prueba en diversos estudios-piloto, modificados convenientemente y, finalmente tipificados con amplias muestras de población general del Estado. La validación de los diversos instrumentos se ha llevado a cabo, de manera criterial y empírica.

 

La gran ventaja que supone para el evaluador el uso de los Protocolos Magallanes consiste en disponer de todo un conjunto de instrumentos que comparten un mismo modelo conceptual, con lo que las variables que evalúan se encuentran relacionadas funcionalmente entre sí y la elaboración de conclusiones psicodiagnósticas es rápida y sencilla. Como valor añadido a las ventajas anteriormente descritas, estos Protocolos  hacen posible que el diseño de Planes de Intervención PsicoEducativa resulte una tarea cómoda, breve y muy eficaz para el logro de los objetivos que se propongan.

 

Usted puede conocer en detalle estos Protocolos visitando el sitio web: www.protocolomagallanes.es

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